Este movimiento literario y pictórico, da pie a una nueva interpretación de la realidad en sí misma. Para nosotros, la realidad es solo lo imaginable, lo que podemos ver, lo tangible ante nuestros sentidos. Pero con este nuevo género, nuestro cerebro es puesto a prueba, y omitimos el hecho de que entre líneas existen caracteres mágicos que comprenden la sobrenaturalidad de las cosas, considerando lo que nosotros vemos exagerado, como algo natural.
Entre sus principales exponentes están el uruguayo Horacio Quiroga , el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel Garcia Marquez,7, los dos últimos galardonados con el Premio Nobel de Literatura. También destacan autores como el mexicano Carlos Fuentes con su novela Aura, el brasileño Jorge Amado con su novela Doña Flor y sus dos maridos, el gallego Álvaro Cunqueiro, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Juan Rulfo con Pedro Páramo, Arturo Uslar Pietri con su cuento La lluvia (1935), José de la Cuadra con Los Sangurimas, y Elena Garro con Los recuerdos del porvenir. Algunos autores con obras emblemáticas del género son la cubano-estadounidensese Mireya Robles con Hagiografía de Narcisa la Bella, Laura Esquivel con Como agua para chocolate y la chilena Isabel Allende con La casa de los espíritus, entre otros.
Jorge Luis Borges también ha sido relacionado con el realismo mágico, pero su negación absoluta del realismo como género o como una posibilidad literaria lo pone contra este movimiento. Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo al Reino de este mundo, define su escritura inventando el concepto de real maravilloso, que, a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico, no debería ser asimilado a él.
También el argentino Manuel Mujica Lainez, con Bomarzo (1962), y el ecuatoriano Demetrio Aguilera Malta, con Siete lunas y siete serpientes (1970), podrían incorporarse al grupo.
Esta corriente no es exclusiva de Latinoamérica, aunque este continente esté considerado como su punto de origen y posterior desarrollo. En la literatura japonesa contemporánea, por ejemplo, Haruki Murakami es su exponente más reconocido.
Características del realismo mágico
Los siguientes elementos están presentes en muchas obras del realismo mágico, pero no necesariamente todos se encuentran en ellas. Además, algunas obras pertenecientes a otros géneros también pueden presentar características similares:
- Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
- Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
- Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
- En términos de espacio, la mayoría se ubica en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica se hace presente.
- Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o es muy improbable que ocurran.
Tiempo
Encontramos cuatro posturas:
- Tiempo cronológico: Las acciones no siguen el curso lógico del tiempo.
- Ruptura de planos temporales: mezcla de tiempo presente con tiempo pasado (regresiones) y tiempo futuro (adelantos). Además, se fragmenta el texto en secuencias que no concuerdan en tiempo ni espacio.
- Tiempo estático: El tiempo cronológico se detiene, es como si no trascendiera. En cambio, fluyen los pensamientos de los personajes.
- Tiempo invertido: Es el más contradictorio. Se trastoca el curso del tiempo y se cambia la secuencia natural del día hacia la noche o viceversa. Por ejemplo: "Era el amanecer. Se hizo la noche".
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